segunda-feira, 4 de março de 2013

CARTA ABIERTA DE LOS MISIONEROS COMBONIANOS EN LA PRIMERA ASAMBLEA INDÍGENA – CIUDAD DE MÉXICO, DE 18 A 23 de FEVRERO


Hermanos,
¡Que la alegría de ser enviados para anunciar el Reino de Dios, esté en sus corazones!

Nosotros Misioneros Combonianos, indígenas,  hermanas misioneras y laicas misioneras combonianas que trabajan conozco en el continente americano, reunidos en la primera asamblea de pastoral indígena, de 18 a 23 de febrero, les expresamos nuestro sentir acerca de los desafíos que enfrentamos juntamente con los pueblos indígenas a quienes hemos sido enviados a compartir nuestra vida y nuestra fe. Después de haber escuchado las experiencias y aportaciones pastorales de los misioneros representantes de las diversas circunscripciones del continente, pensamos que es urgente tomar en cuenta los desafíos y las propuestas que, como asamblea, hemos asumido.

Constatamos, inicialmente, que los pueblos indígenas de nuestro continente, a través de la historia, han sufrido muchas formas de deshumanización, invisibilidad, empobrecimiento, violación de su dignidad y negación de sus derechos. Sin embargo, a pesar de todo eso, en nuestra convivencia con ellos hemos aprendido a apreciar sus valores humanos y sus proyectos culturales y espirituales. Vemos que todo eso los motiva a resistir y a luchar contra todos los que los amenazan en su sobrevivencia física y cultural. Su patrimonio espiritual y humano es también para nosotros combonianos/as e para toda la iglesia una fuente inagotable de inspiración y riqueza espiritual. En eso vemos la presencia del Único Padre que ama y acoge a todos.  

Nosotros, los misioneros Combonianos de ese continente amerindio, juntamente con nuestros colaboradores y hermanos indígenas, religiosas y laicas combonianas  nos solidarizamos con todas aquellas voces y acciones proféticas que se han levantado para defender a los pueblos indígenas de nuestro continente de todos aquellos que en nombre de una falsa concepción de desarrollo y progreso siguen invadiendo sus territorios, devastando la Pachamama, obligándolos a salir de sus tierras originales, e intentando a matar su esperanza y su futuro. 

Para responder a tantos desafíos, - pero también para poder incorporar siempre más en nuestras estructuras religiosas e iglesias sus valores y proyectos, - pedimos que nuestros misioneros enviados a estas realidades, ya desde la formación de base se les preparen adecuadamente a través de un verdadero proyecto de formación personal, específica y sistemática para enfrentar tales retos. Concretamente nosotros combonianos reunidos en esta asamblea nos comprometemos a: 

1. Frente a nuestros pueblos - Identificar en nuestras provincias los pueblos indígenas que más sufren el abandono, la destrucción de sus patrimonios culturales y ambientales, y prejuicios de toda orden para sentirnos llamados a hacer comunión con ellos. Queremos cualificarnos siempre más para mejor conocer sus riquezas espirituales e culturales a través de una actitud de respeto, convivencia fraterna y escucha sincera y permanente. 

2. Frente a la iglesia – Con aquellos pueblos indígenas que a lo largo de su existencia han incorporado la intuición del mensaje y del testimonio de Jesus favorecer el surgimiento de una iglesia verdaderamente autóctona impulsando una rica pluralidad de ‘ministerios indígenas’ para que la Buena Nueva de Jesus sea efectivamente inculturada en las realidades sociales y religiosas de nuestros pueblos. Con aquellos pueblos indígenas que aún no han entrado en contacto con el mensaje de Jesus establecer un respetoso y sincero dialogo inter-religioso.  

3. Frente a la sociedad – Acompañar las luchas y las resistencias de nuestros pueblos que buscan justicia e respeto por sus derechos y con ellos ser canal de diálogo junto a la sociedad y a sus organizaciones, para informar de forma fiel, denunciar proféticamente todo lo que los oprime y amenaza, y  afirmar  la verdadera realidad de nuestros pueblos, sus valores y proyectos, utilizando todos los medios de comunicación que tenemos a nuestro alcance.

Creemos que a pesar de las contradicciones que también están presentes en las realidades de nuestros pueblos indígenas, ellos son portadores de un estilo de vida que la sociedad en general ha abandonado. Su sobriedad, su reciprocidad, su comunión con todos los seres vivos, y su búsqueda permanente por el ‘bien-vivir’ para todos y no solo para algunos, encierran lo que podrá ser un nuevo camino de humanización para un planeta que parece abrazar su auto-destrucción. Que nosotros Misioneros Combonianos seamos siempre fieles hermanos de todos los pueblos indígenas en esta desafiadora misión.

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